Crónica de un cumpleaños feliz
Hoy es un hermoso día, soleado, sin nubes, apenas una pequeña brisa por la tarde. Un día planificado con anterioridad para mí y muchos voluntarios más, pues hoy se festeja un nuevo cumpleaños en el Hogar de Ancianos.
Son las 15.30 cuando llego al sitio mencionado. Apenas unos abuelos afuera, sentados a la sombra, viendo entrar gente, saludando amablemente. Otros tantos adentro, sentados ya, esperando que llegue la hora del festejo. Algunos voluntarios ya en la cocina se disponen a comenzar a preparar todo para el evento. Comenzado por colocar unos cartelitos vistosos en donde una flor y un gusanito llevaba los nombres de cada uno de los cumpleañeros que corresponden a los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero; algunos voluntarios comenzaron por inflar globos para adornar el salón; otros tantos acomodando todo para los juegos que se harán poco después.
Son las 15.30 cuando llego al sitio mencionado. Apenas unos abuelos afuera, sentados a la sombra, viendo entrar gente, saludando amablemente. Otros tantos adentro, sentados ya, esperando que llegue la hora del festejo. Algunos voluntarios ya en la cocina se disponen a comenzar a preparar todo para el evento. Comenzado por colocar unos cartelitos vistosos en donde una flor y un gusanito llevaba los nombres de cada uno de los cumpleañeros que corresponden a los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero; algunos voluntarios comenzaron por inflar globos para adornar el salón; otros tantos acomodando todo para los juegos que se harán poco después.
Las mujeres que allí trabajan también aportan su granito de arena para este momento, organizando la comida que ha traído el Bingo de Olavarría.¡Gracias!!!!!!!
Llegan los músicos poco antes de las 16hs, preparados con sus saxos para brindar su magnífico show.
Llegan los músicos poco antes de las 16hs, preparados con sus saxos para brindar su magnífico show.
Ya esta todo listo…
Ansiosos, Antonio, Elba, Martín, Olga, María, Baba, Américo, Oscar, Julio, Elvira, Antonia, Pedro y Roberto esperan el momento de que se les entone el cumpleaños feliz, junto a Sofía (la encargada del lugar), que no solo esta vez va a ser oyente, sino que va a ser una de las que celebre su día.
Todo preparado. Se inicia la fiesta. Primero las tortas y el canto de las estrofas que acontecen al evento, luego los mates impresos con los nombres de cada uno de regalo y por último, por fin, la comida y las gaseosas.
Un poco más tarde, se preparan Ruth y Nico, los músicos de este día, para brindarnos su música. Los abuelos también se preparan para oír esos 15 minutos, al compás de 5 temas entre chacareras, tango y milonga. Y hasta de a poquito se animan al baile… ahí están Olga y Lucho, junto con los aplausos de todos.
Luego es la hora de los juegos. Entre vasos, platos, papelitos, sorbetes y corchos, Olga, Baba, Julio, Eduardo y Gladys se animan a la “competencia”, ayudados por los nuevos voluntarios que se encontraban presentes.
Entre risas, chistes, “enojos”, “peleas” y aplausos, todo es muy divertido.
Y llega la hora de la despedida, todos agradecidos por el bello cumpleaños que hemos pasado, aunque por ahí se escucha un reclamo: falta el baile. Enseguida Sofía toma la iniciativa, pone música, y el baile empieza: abuelos y voluntarios, no se sabe cuál es cuál, ya que en este momento todos ríen y se mueven como si tuvieran la misma edad, sin importar dolores, discapacidades ni timidez.
Lagrimas también. Ya cae la tarde, cada retoma su rutina diaria, pero con la bella sensación de haber, una vez más, festejado un cumpleaños tan pero tan feliz. Una voluntaria.
Un poco más tarde, se preparan Ruth y Nico, los músicos de este día, para brindarnos su música. Los abuelos también se preparan para oír esos 15 minutos, al compás de 5 temas entre chacareras, tango y milonga. Y hasta de a poquito se animan al baile… ahí están Olga y Lucho, junto con los aplausos de todos.
Luego es la hora de los juegos. Entre vasos, platos, papelitos, sorbetes y corchos, Olga, Baba, Julio, Eduardo y Gladys se animan a la “competencia”, ayudados por los nuevos voluntarios que se encontraban presentes.
Entre risas, chistes, “enojos”, “peleas” y aplausos, todo es muy divertido.
Y llega la hora de la despedida, todos agradecidos por el bello cumpleaños que hemos pasado, aunque por ahí se escucha un reclamo: falta el baile. Enseguida Sofía toma la iniciativa, pone música, y el baile empieza: abuelos y voluntarios, no se sabe cuál es cuál, ya que en este momento todos ríen y se mueven como si tuvieran la misma edad, sin importar dolores, discapacidades ni timidez.
Lagrimas también. Ya cae la tarde, cada retoma su rutina diaria, pero con la bella sensación de haber, una vez más, festejado un cumpleaños tan pero tan feliz. Una voluntaria.
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