sábado, 23 de agosto de 2008

Nota de Infoeme







VOLUNTARIOS DE LAS CARRERAS DE MEDICINA Y ENFERMERÍA




El grupo que encaró las actividades logró integrar a la mayoría de los abuelos.

Ricardo Barbera, de 79 años, feliz con sus producciones de la tarde: llaveros



El proyecto “Lahuan” volvió al Hogar de Ancianos: los abuelos hicieron bijouterie y agasajaron a los que cumplían años
El voluntariado está integrado por alumnos de todos los años de las dos carreras, en un programa para revalorizar el rol de los adultos mayores. Esta vez contaron con el aporte de un grupo de jóvenes vinculados a la firma porteña “Gata Flora”, que fabrica bijouterie y que estaba de paso en Olavarría. Los propios abuelos tomaron alambres, pinzas y piedritas y armaron collares, llaveros y otras alhajas para regalar y usar.

Otra vez el proyecto “Lahuan” (“abuelo” en mapuche) pasó por el Hogar de Ancianos “San Vicente de Paul” y esta vez los abuelos dedicaron la tarde del sábado a confeccionar bijouterie, que sirvió de regalo para los que cumplían años. Se trata del voluntariado que realizan estudiantes de 1º, 2º, 3º y 4º año de enfermería y 1º, 2º y 3º de medicina, y que desde hace tres años apunta a revalorizar el rol de los adultos mayores, además de trabajar con el otro grupo de riesgo: los menores.




El grupo que encaró las actividades logró integrar a la mayoría de los abuelos.

Este sábado las dos líderes del voluntariado, Viviana Aguilar y Marcela Gibert, estuvieron junto a diez chicos del grupo donde también había varia jóvenes llegadas de Buenos Aires, vinculadas con la firma de bijouterie “Gata Flora”, que pusieron el “know how” para la fabricación de llaveros, collares y demás artículos. “Lahuan” cuenta con la financiación del programa de Voluntariado Universitario que impulsa la Secretaría de Políticas Universitarias: una vez por semana asisten al Hogar de Ancianos San Vicente de Paul y al Hogar de Señoras donde los abuelos realizan distintas tareas manuales.



Según explicó Aguilar los futuros enfermeros y médicos cuentan también con la colaboración de integrantes de otras instituciones locales –de educación y de salud- que se suman a alguna de las tareas.La jornada del sábado duró varias horas, fue muy ruidosa y logró una mayoritaria integración de los abuelos: muy pocos se quedaron al margen del trabajo con alambres, tanzas, pinzas, piedritas, metales y tijeras.

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